¿Puede el arrabal seducir a la aristocracia?

TRIVIA
El Día del Tango es el 11 de diciembre, en recuerdo del nacimiento de Carlos Gardel, el más famoso de sus intérpretes, fallecido en 1935.

Surgido de los arrabales porteños del Río de la Plata, el Tango poco a poco llegó a los cafetines del centro, cruzó el Atlántico para triunfar en el Viejo Continente y regresó a imponerse en los salones familiares de Buenos Aires, la orgullosa capital de Argentina.

A finales del siglo XIX, los puertos de Buenos Aires y Montevideo se encontraban atestados de inmigrantes, españoles e italianos principalmente, pero también alemanes, húngaros, eslavos, árabes, judíos y una gran proporción de negros africanos.

Esta abigarrada población porteña empezó a desarrollar su propio ambiente cultural que encontró en la música la mejor forma de romper la barrera lingüística que los separaba.

LUNFARDO
El Lunfardo es la jerga de los maleantes y barrios bajos de Buenos Aires y que por extensión se usa ampliamente en las letras de los tangos.

Así, en sus orígenes, el Tango se nutre de danzas europeas, del candombe de los negros, de la habanera española y de la milonga de los gauchos, hasta adquirir su propia personalidad alrededor de 1880.

Expresión de nostalgia y deseo de los barrios, el Tango se opone a las costumbres de la aristocracia criolla y adopta una forma de danza desconocida hasta ese momento. Se unen hombre y mujer en formas caprichosas y con un código de comunicación sólo entendible por ellos, fuertemente entrelazados, se lanzan a improvisar hermosos y complicados pasos de baile.

Hace más de 100 años esta forma de bailar, tan cercana, tan “corporal”, era un escándalo. A pesar de ello, o quizá por ello, el Tango se metió en el gusto de los jóvenes de todas las clases sociales.

Uno busca lleno de esperanzas / el camino que los sueños / prometieron a sus ansias...

Inicio del Tango “Uno” (1943) Letra de Enrique Santos Discépolo con música de Mariano Mores.

Y los viajes de los “niños bien” a París, como era la costumbre, desencadenaron la universalización del Tango. A principios del Siglo XX el Tango llegó a la capital del arte, de la moda y del glamour, cuya una sociedad alegre y desprejuiciada lo adoptó como moda, convirtiéndose en poco tiempo en un verdadero furor.

De ahí, el Tango conquistó a toda Europa y al resto del mundo, regresando triunfalmente como hijo pródigo a sus orígenes, Buenos Aires.

Flauta, violín y guitarra fueron los primeros instrumentos del Tango y a finales del Siglo XIX se sumó el bandoneón sustituyendo a la flauta.

En 1910 hicieron su aparición los primeros Tangos escritos y hacia 1920 nació la letra con argumento y narrativa que distingue al Tango de hoy.

La música del tango es alegre pero la letra es melancólica, nostálgica, pesimista. Siempre se refiere a un amor sentimental ya sea una ciudad, un hecho, una mujer o un amigo. El Tango narra las desdichas locales, las desvergüenzas ajenas, lo que pudo haber sido y no fue, la comedia y la tragedia de la vida cotidiana de aquel Buenos Aires.

NEGOCIO
La exportación del tango le deja a Argentina más de 400 millones de dólares al año.

Y ese curioso relato de penurias locales, hace universal al Tango, pues la tragedia y la comedia son comunes a todas las grandes concentraciones humanas.

Así, mientras haya un “compadrito” desesperado por el amor de una “pebeta”, una traición que lamentar, una queja que dirimir, una alegría para compartir,... en fin, mientras haya seres humanos, habrá Tango.

El Tango, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.