¿Es el pok-ta-pok un juego por computadora o un juego prehispánico?

TRIVIA
Querétaro, importante ciudad del centro de México, quiere decir “Juego de Pelota”.

Pok-ta-pok en maya quiere decir juego de pelota.

El juego de pelota fue una actividad religiosa que se practicaba en todas las culturas prehispánicas desde Honduras hasta el sudeste de Arizona.

Sin perder su carácter ceremonial, el juego de pelota, “tachtli” en nahuatl, fue adquiriendo tal popularidad que llegó a practicarse para dirimir controversias, para adivinar la suerte y por pura codicia pues se corrían apuestas y los ganadores podían despojar de sus joyas y pertenencias a los vencidos y hasta a la concurrencia.

APORTACION
Las descripciones que hicieron los cronistas de la pelota de caucho macizo, fue la primer noticia que se tuvo en Europa sobre este material.

Las canchas para la práctica del deporte siempre se construyeron junto a los templos importantes y algunas llegaban a medir más de 150 metros de largo como la de Chichen-Itza. Los arqueólogos han encontrado cerca de 600 sitios de juego, 284 de ellos en la zona maya.

El espacio de juego tenía forma de “I” o de doble “T”, con dos paredes laterales más o menos idénticas. En la parte media de cada muro había un anillo de piedra en forma vertical por el que debía pasar una pelota de hule macizo de hasta 12 cm. de diámetro.

Los jugadores divididos en dos bandos debían tener la pelota en constante movimiento y sólo podían usar codos, rodillas y caderas. El deporte era extenuante y a veces jugaban por horas hasta que había un vencedor.

LO PROHIBIDO
Los conquistadores prohibieron el juego de pelota porque lo relacionaban con prácticas paganas.

Como actividad religiosa, el juego de pelota terminaba casi siempre con el sacrificio de los contendientes vencidos. No era una mera demostración atlética sino un acto mezcla de magia y simbolismo que propiciaba el movimiento de los astros y garantizaba la fertilidad de la tierra.

¿Cuánto de esta práctica deportiva y ritual ha trascendido hasta nuestros días?

Los códices indígenas y los cronistas relatan las ceremonias preparatorias para los juegos, el ritual de concentrar con anticipación a los contendientes, la consagración del terreno, los marcadores, las circunstancias del juego, la acción de gracias y los excesos después de un partido, en fin hasta la construcción de lugares especiales para la práctica del juego de pelota.

Cualquier similitud con la actualidad, ¿será coincidencia?

Si bien el juego de pelota está sobre la tierra, es también camino que lleva al mundo subterráneo y sombrío del Xibalbá.
Popol-Vuh, Libro sagrado de los mayas.

Hace muchos siglos nuestros antepasados se regocijaban con las leyendas de los juegos entre el dios Huitzilopochtli y su parentela. Del Tezcatlipoca negro contra el Tezcatlipoca rojo. De los grandes encuentros desde Copán en Honduras hasta Flagstaff en los Estados Unidos.

Hoy en los albores del Siglo XXI, los latinos descendientes de aquellos atletas nos deleitamos con los éxitos de nuestros esforzados deportistas.

Hoy seguimos disfrutando esa mezcla de hazaña individual, orgullo colectivo y representación simbólica de nuestra superación.

El Juego de Pelota, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.