¿Puede una carreta jalada por dos bueyes coexistir con automóviles modernos?

TRIVIA
No existen dos carretas pintadas exactamente igual.

Como una visión del pasado, a lo lejos se divisa una carreta jalada por dos bueyes, que paso a paso van consumiendo la distancia que separa la vieja hacienda en la montaña del puerto en las costas del Pacífico. Por el mismo camino, rugiendo con la potencia de su modernidad, veloces automotores rebasan rápidamente el vetusto vehículo de nuestros antepasados.

MINIATURAS
Las carretas miniatura son el recuerdo obligado para los turistas, pero por otro lado, los artesanos, con el tamaño mediano se han abierto paso en el mercado de la decoración, donde se usan como mesas de servicio, bares rodantes, jardineras para flores o simplemente como pieza de conversación.

Esta es una hermosa estampa, que cada vez será menos usual en Costa Rica.

La carreta costarricense halada por una yunta de bueyes, sirvió durante la colonia para transportar caña de azúcar de los cultivos hasta el trapiche.

Después se usó para llevar tabaco y a mediados del siglo XIX, con la extensión de las fincas cafetaleras, se convirtió en instrumento esencial para su explotación.

En esas fechas se empezó a dar preferencia a las carretas de rueda maciza, pues su diseño permitía superar las dificultades que presentaban los viejos caminos: : lodazales, cuestas, curvas cerradas, duros pedregales, hondas quebradas y otros.

Eso sí, quiero decile
que repare en la carreta,
y que espí si está cargada
con concencia o sin concencia.
Aquileo J. Echeverría en su poema “Mercando Leña”

Con el fortalecimiento de la explotación cafetalera, se intensificó el uso de la carreta que fue llenando el camino a Puntarenas y así se garantizó el desarrollo de Costa Rica y la generación de riqueza pública.

A principios del siglo XX, en varias haciendas josefinas se inició la costumbre de decorarlas y pintarlas, inicialmente como un medio para su preservación, pero el espíritu estético de nuestros campesinos se empeñó en embellecerlas con dibujos que lo mismo significaban buenos augurios, que posición social y hasta ubicación geográfica.

Poco a poco el pintado de las carretas se convirtió en una competencia entre las diferentes haciendas, cuyos dueños querían destacar no sólo por tener la mejor carreta, incluyendo el mejor par de bueyes, sino también por tener la carreta más hermosa de la región.

Así la carreta decorada se convirtió en una de las más importantes tradiciones de Costa Rica, al grado tal que el 22 de marzo de 1988, el Decreto 18197-C la eleva al rango de Símbolo Nacional.

VOCABULARIO
Boyero: conductor de una carreta.
Chuzo: vara larga puntiaguda que utiliza el boyero.
Yunta: par de bueyes para jalar una carreta.
Yugo: pieza de madera con la que se une a los dos bueyes de una yunta.

Por supuesto que con el advenimiento de los vehículos automotores, la carreta, como medio de transporte, cayó en desuso. Sin embargo, sigue siendo el medio de locomoción en celebraciones y fiestas públicas y religiosas, como el Día del Boyero que se celebra el segundo domingo de marzo en San Antonio de Escozú, donde se pueden admirar las más bonitas carretas del país.

Hoy, con la agricultura altamente tecnificada, medios de comunicación a la altura de los más avanzados países del orbe y una población educada por arriba de la media mundial, el pueblo costarricense mantiene la tradición de sus carretas decoradas porque le han conquistado el corazón y porque simbolizan con fundamento la cultura de la paz y el trabajo apoyada en la humildad, la paciencia, el sacrificio y la constancia que desde siempre lo han distinguido.

Las carretas costarricenses, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.