¿Puede un paisaje con aridez casi lunar estar rodeado de vegetación exuberante?

TRIVIA
Centroamérica es una región con más de cincuenta volcanes, veinte de ellos activos.

En el cráter del volcán Poás, la falta absoluta de vegetación nos hace imaginar un paisaje lunar que contrasta con el verde brillante que tapiza sus laderas.

El volcán Poás se encuentra en la Cordillera Volcánica Central de Costa Rica a 57 km. de San José y a 37 km. de Alajuela.

En 1971 se promulgó la ley que crea el Parque Nacional Volcán Poás con una extensión de 5,600 hectáreas.

GRANDE PERO IMPUNTUAL
El Poás tiene el geiser más grande del mundo. El fenómeno se presenta a veces con la frecuencia de pocos minutos y a veces tarda hasta varios años.

Su extraordinaria belleza escénica lo ha convertido en uno de los lugares más visitado de la región, a pesar de mantenerse activo y que desde 1989 ha incrementado notablemente la emisión de gases y el número de fumarolas.

En la cumbre, a 2,708 m. de altura, está el cráter principal con un diámetro de 1.5 km. con fumarolas muy activas. Al centro se aprecia una laguna con tonalidades que van del celeste al verde.

Un segundo cráter lleno de agua de lluvia da origen a la laguna Botos, de belleza excepcional, que desagua en el caribe por el río Ángel afluente del Sarapiquí.

El parque alberga cuatro diferentes tipos de hábitat casi concéntricos a partir del cráter. Primero, un área sin vegetación; le siguen el área de arrayanes y el bosque achaparrado para rematar con la exuberancia del bosque nuboso.

Hay algo sorprendente en la tranquilidad de estos paisajes abandonados, donde una vez mil volcanes estuvieron en plena actividad con sus enormes órganos subterráneos lanzando su fuego al exterior.
Antoine de Saint-Exupéry en Viento, Arena y Estrellas.

El musgo y los helechos son omnipresentes entre la vegetación. Por su parte, llaman la atención las Guneras que tienen hojas del tamaño de una sombrilla. En el bosque nuboso, los árboles, roble, cedrillo, ciprés blanco, llegan a levantar hasta 20 metros, siendo más altos en la ladera caribeña que en la vertiente del Pacífico.

Dentro de los límites del Parque, se han identificado 79 especies de aves, la gran mayoría con plumajes de colorido espectacular entre las que llama la atención el mítico quetzal, al borde de la extinción.

En el catálogo zoológico destacan los anfibios y los reptiles. En cuanto a los mamíferos, su presencia es muy discreta: coyotes, mapaches, comadrejas, conejos, zorrillos y algunos felinos.

La vocación ecológica de los costarricenses los ha llevado ha preservar muchas áreas naturales de su país y el Parque Nacional Volcán Poás es un modelo del beneficio que puede generar esta política ecológica a una comunidad y a toda la sociedad.

NOMBRE
El nombre “Poás” puede derivarse de “púas,” pues en la zona existen muchas plantas con púas.

Ahí se protege a la naturaleza de la depredación del hombre para beneficio del hombre mismo; se crean empleos y derrama económica con una actividad turística en ascenso permanente; y se logra la educación geológica, botánica y zoológica de niños y adultos, teniendo como asistente a la naturaleza misma.

Educación, recreación y protección, apoyados por una infraestructura eficiente con carreteras asfaltadas, miradores, cetro para visitantes y conferencias, veredas, exhibiciones en puntos de interés y una red de guías capacitados y amistosos que le ponen el toque latino a este regalo de la naturaleza.

El Parque Nacional Volcán Poás, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.