¿Puede la zona más antigua del planeta, estar pletórica de vida natural?

TRIVIA
El Salto Ángel es la catarata más alta del mundo. Tiene una altura de 979 metros (3.212 pies), 17 veces más alta que las cataratas del Niágara. Esta catarata fue descubierta en 1937 por el piloto J. C. Ángel.

En el extremo sureste de Venezuela, cerca de los límites con Guyana y Brasil, se encuentra el Parque Nacional Canaima, precisamente en la zona del Escudo Guyanés, la formación de rocas más antigua de la cronología del mundo, perteneciente al período precámbrico de hace 900 a 3,500 millones de años.

Aunque su antigüedad lo hace importante para los geólogos, muchas otras características convierten al Parque Nacional Canaima en el centro de atención de estudiosos, ecologistas y público en general.

UNA NOVELA
Rómulo Gallegos, el escritor cumbre de la literatura venezolana, publicó “Canaima” en 1935, novela en la que describió las costumbres y los conflictos sociales de la vida en los Llanos venezolanos.

Una variedad infinita de recursos naturales, su tamaño excepcional, sus paisajes de belleza indescriptible, vida, movimiento y color, hacen de este Parque una de las maravillas de la naturaleza que felizmente aún se conservan en la Tierra.

Fue decretado como Parque Nacional el 12 de junio de 1962 con una superficie de un millón de hectáreas, que se ampliaron a 3 millones en 1975; con ello se convirtió en uno de los parques naturales más grandes del mundo.

Majestuosos ríos recorren este paraíso encabezados por el Caroní, regando sus espesas selvas y serpenteando por las abiertas sabanas, interrumpiendo su recorrido para lanzarse con ímpetu en los numerosos saltos de agua que le prestan su dinamismo a la región y entre los que destacan el Salto Ángel o Parecupa-merú y el Kukenán-merú, primero y cuarto saltos más altos del mundo.

Canaima. ¡Qué hermosa! Allá arriba en el Caroní, el río Carrao, los saltos, el Salto Angel y todos esos saltos de agua y esa selva y aquellos indígenas y aquella belleza infinita.
Hugo Chávez Frías, Presidente de Venezuela. 22 de agosto de 2001.

Una característica singular del Parque son los “tepuyes”, que modifican el escenario con sus paredes verticales de perfiles muy escarpados. Los “tepuyes” son mesetas de tope plano y que alcanzan alturas de hasta 2,800 metros sobre el nivel del mar.

Su altura y su aislamiento hace que cada uno de los más de 100 “tepuyes”, constituya una isla ecológica con características de flora y fauna únicas.

La fauna de la región es muy variada, sobre todo en especies de reptiles y anfibios. En cuanto a los mamíferos destacan el oso hormiguero, el tapir, el jaguar, la nutria gigante, el zorro y los monos araguatos, algunos de ellos en proceso de extinción. Entre las aves, cuya presencia es numerosa, podemos citar el águila arpía, el halcón palomero, la guacamaya enana y el colibrí.

La flora del parque es heterogénea. Los bosques y las selvas son adornados profusamente por orquídeas y bromelias de variadas familias. Y en la cumbre de los “tepuyes” crecen especies que no existen en ningún otro lado del mundo, las plantas carnívoras que atrapan insectos para complementar los nutrientes necesarios para su desarrollo.

UNA PELICULA
En 1945 se produjo la exitosa película mexicana “Canaima”, basada en la novela venezolana del mismo nombre. La dirigió Juan Bustillo Oro y uno de los protagonistas fue Carlos López Moctezuma.

La vida en Canaima es intensa y el hombre pasa lista de presente con la representación de la etnia Pemón, habitantes autóctonos de la región que se dividen en tres familias: Arekunas, Taurepanes y Kamaracotos. Ellos viven integrados a la naturaleza y como todas las etnias tradicionalistas, respetan y protegen el medio ambiente del cual obtienen la subsistencia.

Selvas, bosques, ríos y tepuyes. Saltos de agua, flora y fauna. Lluvias torrenciales, cielos abiertos y azules. Refugio de la mayor biodiversidad y recursos naturales del planeta. Canaima, un majestuoso escenario natural, orgullo de Venezuela,... de los latinos,... del mundo...

El Parque Nacional Canaima, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.