Diseño Arturo Trujillo - 2002
¿Puede la química servirle a un artesano?

Los conocimientos de química pueden ayudar a los artesanos en el manejo de los metales, las tinturas para textiles y maderas, la conformación del barro y una gran variedad de aplicaciones más. Así pensaba, y con mucha razón, Leopoldo Río de la Loza cuando a mediados del Siglo XIX introdujo en México la química como asignatura obligatoria para los estudiantes de medicina, farmacia, agricultura, veterinaria y artesanías.

TRIVIA
De las semillas y la corteza del árbol del colorín (Erythrina americana Mill) logró aislar la erythrocoraliodina, un poderoso alcaloide de utilidad anestésica.
Leopoldo Río de la Loza nació en la Ciudad de México en 1807. Su padre, Don Mariano Río de la Loza, que poseía un pequeño laboratorio, era proveedor de productos químicos de la Casa de Moneda.

En 1815 una explosión en el laboratorio dejó huérfano a Leopoldo y padeciendo trastornos digestivos y respiratorios por el resto de su vida.

A pesar de la tragedia, Leopoldo continuó su educación y en 1820 se matriculó en el Colegio de San Ildefonso, para dos años después ingresar a la Escuela de Cirugía establecida en el Hospital Real.

ALGUNAS OBRAS
"Introducción al estudio de la química", "La goma archipin", "El origen del tequesquite en el Lago de Texcoco", "Azufre y salitre", "Drogas medicinales. Agenjo", "Aguas potables de México", "El líquido tintóreo de la Baja California", "La agricultura y la veterinaria en la República Mexicana".
En 1827 se graduó de cirujano y en 1833 de médico y farmacéutico.

En esas fechas azotó a la capital una epidemia de cólera morbus y el joven doctor Río de la Loza prestó grandes servicios a la comunidad en el Hospital de San Lucas, recibiendo por ello el reconocimiento público a su labor por parte del Presidente Gómez Farías.

Muchas fueron las facetas en que se desarrolló Río de la Loza, el laboratorio, la investigación, la docencia, el servicio público y la academia científica.

Como científico fue el primero en obtener en México, oxígeno, anhídrido carbónico y nitrógeno; instaló la primera fábrica de ácidos en el país; realizó estudios geoquímicos en aguas y rocas del valle de México y otras zonas del territorio nacional; estudió diversas plantas medicinales y tintóreas y logró sintetizar varios elementos; finalmente, trabajó con ahínco en la formación de la primera Farmacopea mexicana.

CITA
Levantaré la nueva Academia de Medicina con los floridos escombros de la primera

Fue inspector de boticas y medicinas y de establecimientos industriales; proveedor general de las ambulancias médicas y miembro del Consejo Superior de Salubridad.

Maestro de Química en el Colegio de San Gregorio y en las Escuelas de Agricultura, Nacional de Medicina y Nacional Preparatoria. Director de la Escuela de Medicina en 1873.

Apoyó la creación de la Escuela Nacional Preparatoria y fue fundador de la Escuela de Agricultura de Chapingo y de la carrera de Química en México.

TRASCENDENCIA
Infinidad de calles, escuelas, hospitales y asociaciones llevan su nombre, así como el principal premio a la investigación farmacéutica en México, el Premio "Dr. Leopoldo Río de la Loza".
Fue miembro de muchas sociedades científicas de México, América y Europa. En 1851 reagrupó la Academia de Medicina desparecida por las guerras internas. En 1856, la Sociedad de Protección a las Artes Industriales de Londres le otorgó la Medalla de Oro por sus descubrimientos químicos. En 1868, por órdenes del Presidente Benito Juárez, colaboró en la reorganización de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de la cual fue presidente en dos ocasiones.

El doctor Leopoldo Río de la Loza vivió durante sus 69 años, de 1807 a 1876, una de las épocas más convulsivas de la nación mexicana, la guerra de independencia, las luchas intestinas, dos invasiones extranjeras, un imperio y el restablecimiento de la República.

A pesar del entorno poco favorable, logró desarrollar una intensa e importante labor científica y además, como proyecto personal, impulsó la profesionalización e institucionalización de la química y la farmacéutica en México.

Dr. Leopoldo Río de la Loza, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.