¿Puede
un hombre luchar contra un mosquito durante 20 años?
TRIVIA
El Congreso Panamericano de Medicina de 1933 en Dallas, promulgó
el 3 de diciembre, fecha del nacimiento de Finlay, como Día
de la Medicina Americana y por extensión, en muchos
países latinoamericanos es el Día del Médico. |
El
doctor cubano, Carlos J. Finlay descubrió en 1881 que el
mosquito Culex o Stegomyia fasciata, conocido hoy como Aedes Aegypti,
es el transmisor de la fiebre amarilla.
Así
lo hizo saber a la Academia de Ciencias de La Habana y a la Conferencia
Sanitaria Internacional en Washington, D.C., ese mismo año.
Pero
pasaron 20 años para que su afirmación fuera aceptada
por el mundo científico, gracias al informe del doctor Walter
Reed presentado ante el Congreso Internacional Sanitario de La Habana
en febrero de 1901.
Se
tendrá la precaución de filtrar el agua antes
de hacer uso de ella y mejor sería hervirla antes de
filtrarla.
Carlos J. Finlay en carta al Diario de la Marina el 27
de junio de 1868 con motivo de un brote de cólera en
el Cerro.
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Carlos
Juan Finlay y Borrés nació en 1833 en Puerto Príncipe,
hoy Camagüey, en Cuba. Estudió medicina en el Jefferson
Medical College de Filadelfia, donde se graduó en 1855.
Revalidó
su título en Cuba y ejerció la medicina en Matanzas
y La Habana.
Por
razones políticas emigró a Trinidad en 1869 y regresó
definitivamente a su patria en 1870, interesándose en los
grandes problemas sanitarios del país.
En
1881 enunció públicamente su teoría de la transmisión
de la fiebre amarilla por un agente intermediario.
Al
estallar la guerra hispano-americana, el Dr. Finlay, ya de 65 años,
se incorporó al servicio del gobierno americano como oficial
de sanidad en Santiago de Cuba.
En
1902 el Gobierno de Cuba lo nombró Jefe de Sanidad de la
República y Presidente de la Junta Superior de Sanidad.
PREMIO
La UNESCO otorga cada año el Premio Carlos J. Finlay
a la persona o grupo de personas que hayan dado una contribución
excepcional al progreso de la microbiología. |
Durante
todo ese tiempo, el Dr. Finlay no dejó de realizar experimentos.
Con sus escasos recursos sometió a prueba más de 600
variedades de mosquitos. Identificó a la hembra, ya fecundada,
del Aedes Aegypti como la transmisora de la enfermedad.
Experimentó
con voluntarios sanos que al ser picados por el mosquito hembra
desarrollaban la enfermedad. Conociendo bien la fiebre amarilla,
controlaba adecuadamente cada caso y descubrió que una vez
infectados, los individuos quedaban inmunes contra futuros ataques.
Se anticipó así el suero contra este mal.
Sin
embargo, los científicos de la época se negaban a
aceptar los descubrimientos de Finlay. Mientras tanto la enfermedad
avanzaba y cobraba decenas de miles de vidas en Cuba, Estados Unidos,
Brasil y todos los países caribeños y centroamericanos.
Por
sus cualidades de observador e investigador científico
es un ejemplo para nuestros jóvenes.
Dra. Marta Pérez al proponer el nombre de Carlos J.
Finlay para una escuela elemental en el Condado de Miami-Dade
en Florida el 3 de enero del 2000.
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Después
del Congreso Internacional de 1901 y no sin cierta reticencia, el
Dr. William Gorgas inició, en Santiago de Cuba, la aplicación
de los preceptos Finlay: guerra al mosquito y aislamiento de los
enfermos. En 7 meses desapareció la fiebre amarilla de la
isla.
Totalmente
convencido, el Dr. Gorgas aplicó con gran éxito los
mismos principios para sanear el Istmo de Panamá, facilitando
enormemente la construcción del Canal.
Carlos
J. Finlay, fallecido en 1915, publicó numerosos trabajos
sobre muchas de las enfermedades endémicas de la región,
pero su obra la resumió en 1911 su amigo el Dr. Juan Guiteras:
Él descubrió que la fiebre amarilla se transmitía
por la picadura del mosquito estegomía, y él inventó
un método seguro para la extinción de la enfermedad.
Carlos J.
Finlay, ejemplo de lo máximo del espíritu latino.
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